Ella luchó, sus fans temieron y luego tuvieron esperanzas, pero al final no lo logró: Amy Winehouse se convirtió en parte del trágico club de los 27, al que pertenecen jóvenes músicos que no pudieron hacer frente a la fama y a los sentimientos extremos y que murieron a los 27 años. Winehouse, al igual que iconos como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Kurt Cobain, falleció ayer a esa edad. La intérprete fue hallada sin vida en su vivienda en Camdem, en el norte de Londres, según confirmó su discográfica Island Records. Poco después, el Mirror on Sunday indicó lo que todos sospechaban: que Winehouse habría muerto por una sobredosis de alcohol y drogas.
La autodestructiva cantante de voz ronca se aproximaba así a la leyenda, algo que, poco después de conocerse la noticia sobre su muerte, muchos consideran merecido. Porque más allá de sus problemas con el alcohol, las drogas, las actitudes supuestamente escandalosas, ya desde el comienzo de su carrera todos coincidían en que la cantante británica tenía una talento extraordinario. Su segundo álbum, Back to Black (2006), permitía hacerse ya una idea de la oscuridad de su alma, pero su voz de soul y su talento como compositora fueron elogiados en igual medida por seguidores y críticos musicales.
Amy Winehouse tenía todo para ser una artista exitosa, o incluso para convertise en leyenda bajo la premisa de "sólo los mejores mueren jóvenes". Además de su talento musical poseía un estilo único, que mostraba con su extravagante peinado, los tatuajes, sus ojos fuertemente delineados en negro y su vestuario inspirado en la moda de los años 50 y 60. Su estilo tuvo tan buena acogida que incluso el modisto Karl Lagerfeld organizó un desfile para Chanel al estilo Winehouse, con modelos que llevaban el mismo peinado y maquillaje que la cantante.
Sus ganas de experimentar musicalmente la llevaron por el soul, el pop, el jazz, el R&B y hasta el ska. Parece una ironía trágica que se hiciera conocida en todo el mundo con elsingleRehab, en el que hablaba de que no quería entrar a una clínica de rehabilitación. Porque además de su talento siempre estuvo presente su afición al escándalo.
Alcohol, drogas, depresiones, heridas autoinfrigidas, Amy Winehouse estuvo más de una vez bien abajo. Su padre, Mitch, responsabilizó sobre todo a su ex marido, Blake Fielder-Civil. La pareja se casó en 2007 y se separó un par de años después.
Winehouse pensaba embarcarse en una larga gira este verano. Sin embargo, la controvertida cantante tuvo que anular todos los conciertos después de una calamitosa actuación el 18 de junio en Serbia. La diva trash del soul fue abucheada y pitada en el concierto en Belgrado al que se presentó aparentemente borracha ante 20.000 personas. Durante el concierto, que duró unos 90 minutos, la cantante sólo había logrado mascullar algunos trozos de canciones mientras sus músicos seguían tocando y abandonó dos veces el escenario, sobre el que se tambaleaba visiblemente. Entre las citas anuladas de la gira figuraba su presentación en el festival BBK Live de Bilbao, donde debía haber sido cabeza de cartel de la segunda jornada.
Poco después de conocerse el fallecimiento de Winehouse, muchos admiradores se acercaron a Camden Town para dejar flores, tarjetas y ositos de peluche cerca de su casa, ya que la policía había acordonado la calle donde vivía la cantante. "Camden no te olvidará. Todos te queremos y seguiremos queriéndote. Tu leyenda está viva", señalaba una tarjeta.
Winehouse había hecho su última aparición pública el miércoles por la noche cuando salió al escenario junto a su ahijada Dionne Bromfield en el teatro The Roundhouse de Camden Town.
La autodestructiva cantante de voz ronca se aproximaba así a la leyenda, algo que, poco después de conocerse la noticia sobre su muerte, muchos consideran merecido. Porque más allá de sus problemas con el alcohol, las drogas, las actitudes supuestamente escandalosas, ya desde el comienzo de su carrera todos coincidían en que la cantante británica tenía una talento extraordinario. Su segundo álbum, Back to Black (2006), permitía hacerse ya una idea de la oscuridad de su alma, pero su voz de soul y su talento como compositora fueron elogiados en igual medida por seguidores y críticos musicales.
Amy Winehouse tenía todo para ser una artista exitosa, o incluso para convertise en leyenda bajo la premisa de "sólo los mejores mueren jóvenes". Además de su talento musical poseía un estilo único, que mostraba con su extravagante peinado, los tatuajes, sus ojos fuertemente delineados en negro y su vestuario inspirado en la moda de los años 50 y 60. Su estilo tuvo tan buena acogida que incluso el modisto Karl Lagerfeld organizó un desfile para Chanel al estilo Winehouse, con modelos que llevaban el mismo peinado y maquillaje que la cantante.
Sus ganas de experimentar musicalmente la llevaron por el soul, el pop, el jazz, el R&B y hasta el ska. Parece una ironía trágica que se hiciera conocida en todo el mundo con elsingleRehab, en el que hablaba de que no quería entrar a una clínica de rehabilitación. Porque además de su talento siempre estuvo presente su afición al escándalo.
Alcohol, drogas, depresiones, heridas autoinfrigidas, Amy Winehouse estuvo más de una vez bien abajo. Su padre, Mitch, responsabilizó sobre todo a su ex marido, Blake Fielder-Civil. La pareja se casó en 2007 y se separó un par de años después.
Winehouse pensaba embarcarse en una larga gira este verano. Sin embargo, la controvertida cantante tuvo que anular todos los conciertos después de una calamitosa actuación el 18 de junio en Serbia. La diva trash del soul fue abucheada y pitada en el concierto en Belgrado al que se presentó aparentemente borracha ante 20.000 personas. Durante el concierto, que duró unos 90 minutos, la cantante sólo había logrado mascullar algunos trozos de canciones mientras sus músicos seguían tocando y abandonó dos veces el escenario, sobre el que se tambaleaba visiblemente. Entre las citas anuladas de la gira figuraba su presentación en el festival BBK Live de Bilbao, donde debía haber sido cabeza de cartel de la segunda jornada.
Poco después de conocerse el fallecimiento de Winehouse, muchos admiradores se acercaron a Camden Town para dejar flores, tarjetas y ositos de peluche cerca de su casa, ya que la policía había acordonado la calle donde vivía la cantante. "Camden no te olvidará. Todos te queremos y seguiremos queriéndote. Tu leyenda está viva", señalaba una tarjeta.
Winehouse había hecho su última aparición pública el miércoles por la noche cuando salió al escenario junto a su ahijada Dionne Bromfield en el teatro The Roundhouse de Camden Town.
Que en Paz Descanse Amy Winehouse.
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